El 2001 marcó récords de estrenos, premios, taquilla y rodajes
And the winner is… el cine uruguayo. Si quedaba alguna duda de que el 2001 será recordado como un mojón en la historia del cine nacional, el fallo del 23er Festival de Cine Latinoamericano de La Habana la disipó. Los tres triunfos que las producciones uruguayas recogieron en Cuba son el corolario de un año de récords de estrenos y de taquilla, de varias distinciones internacionales y de importantes rodajes en Montevideo y en el interior. Aunque algunos realizadores temen que la efervescencia pase y que con el tiempo todo sea sólo un buen recuerdo, casi toda la comunidad audiovisual uruguaya, integrada por directores, productores, actores, técnicos y críticos, ve el futuro con optimismo y cree que, con el impulso legal adecuado y la asignación de recursos, es posible hacer del sector una industria rentable a pesar de las limitaciones del mercado.
A instancias de la Presidencia de la República que quiere que el desarrollo del sector sea una política de Estado, representantes del gobierno central y municipal se reunieron ayer miércoles con directivos del gremio audiovisual con la intención de promover la marca “Filme en Uruguay”. En estos días, además, circula entre los cineastas el borrador de un proyecto de ley para fomentar la incipiente industria cinematográfica. La idea, dijeron a Búsqueda productores y realizadores, es que se constituya un fondo con aportes diversos (un porcentaje de las entradas vendidas, exoneraciones de renta para las empresas que inviertan en películas, y contribuciones de los canales privados, entre otros) y que se cree un instituto nacional de filmación que permita canalizar los trámites en una ventanilla única.
l Estatuillas y medallas. Luego de un año de buenas noticias cinematográficas a pesar de la recesión económica, el jueves 14, el jurado del Festival de La Habana, uno de los más prestigiosos del continente, galardonó como Mejor Ópera Prima a “25 watts”, de los jóvenes Pablo Stoll y Juan Pablo Rebella (compartido con “Nada”, del cubano Juan Carlos Cremata), un premio que en 1994 obtuvo “El dirigible”, de Pablo Dotta. El jurado también distinguió en segundo lugar en la categoría animación al mediometraje de Walter Tournier “Navidad caribeña”. Por su parte, “En la puta vida”, de Beatriz Flores Silva, recibió el Premio de Radio Habana Cuba por retratar mejor los problemas de América Latina. La película, una coproducción uruguaya, belga y española basada en casos reales de mujeres uruguayas vinculadas a una red de prostitución europea, también consiguió el sexto lugar entre los 115 largometrajes que aspiraban al Premio de la Popularidad que otorga el público, que esta vez superó las 600 mil personas.
No fueron los únicos premios que los filmes uruguayos recibieron este año. En noviembre, Flores Silva se llevó el Colón de Oro en el Festival de Cine de Huelva, en España, máximo galardón del certamen. En febrero, “25 watts” había sido elegido como uno de los tres vencedores del 30th International Film Festival de Rotterdam, Holanda, una de las mecas del cine independiente. Meses después, la película de Stoll y Rebella obtuvo dos nuevas distinciones en el III Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires: su trío protagónico (Daniel Hendler, Jorge Temponi y Alfonso Tort) ganó en la categoría de Mejor Actor y el filme se alzó con el premio de la Federación Internacional de Prensa Cinematográfica (Fipresci). Con el premio de Cuba, son once los galardones que recogió hasta ahora “25 watts”, que además fue una de las ocho precandidatas para aspirar al Premio Goya a la Mejor Película Extranjera, equivalente español del Oscar de Hollywood.
Otros dos estrenos uruguayos del 2001, “Llamada para un cartero”, de Brummell Pommerenck, y el corto “Nico & Parker”, de Diego Fernández y Manuel Nieto, también fueron distinguidos por los expertos y críticos. Mientras la primera obtuvo cuatro premios en el Festival de Cine Latinoamericano de Rosario —Mejor Guión, Mejor Actuación Femenina (Andrea Davidovics), Mejor Película de Ficción y Mejor Película del Festival—, el segundo recibió el Premio Cacho Pallero de la Agencia Española de Cooperación Internacional en el Festival de Cine Internacional de Huesca, España. Además, fue estrenado en los afamados cines Alphaville de Madrid, dedicados a las películas de autor, y acaba de ser elegido para integrar la Sección de Cortos del próximo Festival de Rotterdam.
l Orientales en la pantalla. Dos policiales completaron la lista de estrenos nacionales del año: “Maldita cocaína”, de Pablo Rodríguez, coproducida con Argentina, y “Los desconocidos”, de Gabriel Drak. Aunque ni la crítica ni la taquilla les fueron favorables, los filmes formaron parte del entusiasmo que generó en los uruguayos la existencia de varias películas nacionales en cartel en un año económicamente difícil. Un entusiasmo que, según los empresarios cinematográficos, contribuyó a que el número de espectadores anuales al cine aumentara 5% con respecto al 2000, año que cerró con 2.100.000 asistentes a las salas.
“El estreno de películas uruguayas fue otro de los factores que tuvo que ver con ese aumento. Si se mira en el total de espectadores es muy poco, pero todo suma. Indirectamente ayuda también a que la gente se enganche con el cine porque si una película le gustó, vuelve a ver otra”, comentó a Búsqueda Francisco Armas, gerente general de Moviecenter, la principal empresa de exhibición del país.
De acuerdo con los exhibidores consultados, “En la puta vida” fue vista por unos 130 mil espectadores, una cifra inédita para una película nacional. Menos taquillera, pero igualmente competitiva teniendo en cuenta que fue filmada en blanco y negro, sin actores de renombre ni intenciones industriales, “25 watts” —recientemente reestrenada en la Sala 2 del Cinemetro— convocó hasta ahora a 40 mil personas y, con 10 mil espectadores en Buenos Aires, es la película uruguaya más vista en la vecina orilla.
Para Armas, la producción nacional y los reconocimientos derivados de ella, le hacen muy bien al negocio del cine. “Todos los premios que han obtenido las películas uruguayas le dan un espaldarazo el cine nacional. Como todo país chico y con todo lo que cuesta lograr este tipo de cosas, creo que vamos a paso lento pero seguro. Hoy tenemos otro respeto cuando se sale a buscar coproductores, actores o auspiciantes”, señaló.
l ¡Luz, cámara, acción! La importancia de tener logros para mostrar al momento de buscar socios para una película es algo bien conocido por José Sánchez Varela, productor de “El último tren”, de Diego Arsuaga, cuyo estreno está previsto para mayo de 2002. Realizada en régimen de coproducción con Argentina y España, y rodada en las últimas semanas en Uruguay, la película cuenta con las estrellas argentinas Federico Luppi, Héctor Alterio, Osvaldo Soriano y Gastón Pauls.
“Creo que la coproducción es el camino básico del sector por el tamaño reducido del mercado local”, dijo Sánchez Varela a Búsqueda. “‘25 watts’ es un ejemplo perfecto de las cosas bien hechas, pero es más la excepción que la norma”, agregó. Stoll y Rebella realizaron su película íntegramente en Uruguay a un costo de 60 mil dólares.
El cineasta Luis Nieto eligió el mismo camino que Arsuaga para realizar “Estrella del Sur”, una coproducción entre Uruguay, Argentina, España y Francia, que estará en las salas en marzo del 2002. El rodaje, que se inició semanas atrás, también convocó a actores extranjeros, como el franco-argentino Jean-Pierre Noher, la argentina Marina Glezer y el español Roger Casamajor.
Además de estos dos rodajes, otros proyectos están en marcha. “Le tengo mucha fe a lo que están haciendo Pablo Casacuberta, Alvaro Buela, Marcelo Bertalmío y Aldo Garay”, dijo Stoll a Búsqueda. Todos estos cineastas recibieron premios por sus guiones o tienen producciones en marcha. Stoll y Rebella, que recibieron un premio para desarrollar el guión de “Whisky”, su próximo proyecto, piensan que quizás puedan filmarlo en el 2003.
“El sueño del pibe”, como dijo Pommerenck, “esfuerzo colectivo de muchos años”, como afirmó Flores Silva, o “una gran casualidad”, como cree Stoll, lo cierto es que nadie duda de que hay muchas razones para brindar por el éxito del cine uruguayo. Por lo pronto, muchos cruzarán los dedos por la suerte de “En la puta vida”, que este año se convirtió en la primera película uruguaya que competirá por una de las cinco nominaciones al Oscar a la Mejor Película en lengua no inglesa.
A. D.